25 octubre, 2014

Entrevista a Mónica Kofler por Naye Alvarez


En el mes de Agosto tuvo lugar la Semana de la Lactancia Materna, y en su honor se llevó a cabo el 1er Evento Virtual Iberoamericano de Lactivistas, de la mano de Naye Alvarez, de México, y autora del blog Maternidad Natural

En este evento participaron numerosas y destacadas blogueras de habla hispana, aportando cada una de ellas su granito de arena para la promoción y el apoyo a las madres que tengan la intención de lograr una lactancia exitosa, como así también una crianza natural, consciente, respetuosa y con apego. 

La autora de este blog, quien a la vez escribe este post, Mónica Kofler, tuvo el agradable placer y el honor de ser invitada a participar en este evento virtual, aunque lamentablemente por la diferencia de hora entre países no se pudo concretar la entrevista por vídeo. No obstante Naye tuvo la consideración de permitirme responder a sus preguntas por vía escrita, plasmándola luego en un hermoso post. 

Y aunque ya pasaron dos meses de aquélla entrevista, no podía dejar de compartirla con ustedes y de agradecer a Naye por el espacio brindado. 


Los invito a leer AQUI la entrevista. 

Primeros Días en Casa con el Bebé: Consejos Para Mamás Primerizas

Llegó el día tan esperado, después de tanta ansiedad y tanta espera, de tantos cambios hormonales y tantos kilos de más, del nerviosismo, las expectativas, las comidas a deshora, la acidez, los sueños sobre cómo sería tu bebé, las dudas sobre si reconocerías una contracción, si podrías atravesar un parto normal... llegó el día y también pasó. 

La mezcla de sentimientos y sensaciones en esas primeras horas postparto es extensa y contradictoria. Desde el cansancio absoluto a la euforia que no te deja dormir, la alegría sin límite y el llanto bordeando la depresión, la emoción al ver sus ojos, sus manos pequeñitas y saber que es un nuevo ser que nació de vos, y la desesperación e impotencia de todo lo que tienes que hacer y aprender y no sabes cómo. 

Creo que todas las madres pasamos por esto. Aunque antes del nacimiento de nuestro bebé estamos tan deleitadas con el crecimiento de la panza, y concentradas en leer toda la información posible sobre el embarazo, que nos olvidamos de averiguar algo, aunque sea mínimo, de lo que pasará después del nacimiento. 

Pero en fin, llegó el día, tu bebé nació, lo tuviste en brazos por primera vez y comenzaste la ardua tarea de aprender a ser mamá. Y de repente te enviaron a tu casa, así tan inexperta como sos, con todos tus miedos a cuestas. Y apenas pones un pie fuera de la clínica te sorprende ver que, después de semejante situación límite que acabas de experimentar, el mundo sigue funcionando igual que antes, la gente tiene las mismas expresiones de siempre, como si no supieran que ha sucedido un milagro. Vos, en cambio, tienes miedo de todo y todo te parece peligroso: el frío, el calor, el viento, el agua, el ruido, los gérmenes, los autos, el taco de tu zapato y las baldosas flojas, los desniveles en las veredas, los charcos que hay que saltar, las personas que tienes que esquivar. Y no es para menos! tienes un ser indefenso, recién salido de la protección absoluta de tu cuerpo. 


Por eso llegas a casa y lo primero que haces es poner un frasco gigante de alcohol en gel apenas cruzas la puerta de entrada. 

Yo me acuerdo que me pregunté por qué no me mandaban a casa con un equipo médico, una maestra de maternidad, una asesora de lactancia, una niñera... alguien por Dios! 

Pero tranquila, todo se aprende. Y si bien nadie nace sabiendo ser madre, los bebés suelen ser bastante intensos para enseñarnos. 



Consejos para esos primeros días en casa con tu bebé: 


1. Intentá estar acompañada por alguien que ya tenga experiencia en la maternidad y con quien te sientas cómoda. Puede ser tu mamá, una hermana, amiga, cuñada o suegra, siempre que tengas una buena relación y un alto grado de confianza para poder decirle lo que necesitas y aclararle lo que te molesta y lo que prefieres hacer sola y sin ayuda. 

2. Concentrate exclusivamente en tu bebé e intentá afianzar el vínculo, sentir sus sentimientos y sensaciones. Este momento es para ustedes dos, para que se conozcan y se unan. Tu bebé acaba de salir al mundo exterior, pero sigue necesitando el cuerpo de su mamá, no entiende que es un ser distinto de vos, no lo prives de tu cuerpo. Todo lo demás es de menor importancia. 

3. Intentá dormir cuando tu bebé duerme. No te preocupes por tareas de la casa. Cuando tu bebé demanda, demanda al 100%, y es necesario que vos estés al 100% para atenderlo, por eso debes estar descansada. No dormir te puede impedir cumplir con las demandas de tu bebé. 

4. Pedí ayuda: muchas veces la familia y los amigos cercanos se ofrecen "para lo que necesites", pero no saben muy bien qué hacer, a menos que se lo pidas. Sé sincera y concreta en tus peticiones. Cuidar al bebé es lo único que tienes que hacer y lo único que no puedes delegar, así que para todo lo demás, aprovechá las ayudas que te ofrezcan: hacer compras de mercadería, lavar la ropa, planchar, preparar alguna comida. 

5. Reducí al mínimo las visitas, y que sean preferentemente personas muy allegadas y de mucha confianza. Las visitas de compromiso es mejor dejarlas para cuando ya estés más organizada, descansada y con los pies un poco más sobre la tierra. 

6. Alejate de la cocina, la plancha y cualquier situación de calor. Las hemorragias son peligrosas en tu estado. 

7. No te sientas culpable por sentirte triste. En estos momentos tan intensos es normal llegar a sentir angustia y tristeza, en medio de la felicidad. Seguramente tendrás deseos de llorar, no te reprimas. Acabas de vivir una de las experiencias más profundas de la vida de una persona. Pero si sientes que la situación se está saliendo de control, pedí ayuda. La depresión postparto no es común a todas, pero existe y debemos protegernos. 

8. Fluí. Disfrutá. Entregate. Tu bebé nunca será tan pequeño como ahora. Estás viviendo un momento único y especial. Si no es ahora, cuándo? Se feliz al estilo "mamá reciente", porque esta felicidad es también única y especial, distinta de cualquier otra felicidad, no se caracteriza por la sonrisa constante y las ganas de bailar. Sumergite en las profundidades de tu alma y sentí la plenitud que la naturaleza te acaba de regalar. Sos mamá! acaso importa algo más? 

Y repetilo hasta que lo creas: SOY MAMÁ!!
Felicidades y Bienvenida a tu nueva vida! 

Qué opinas de estos consejos? los consideras útiles? puedes agregar algunos más? 

19 octubre, 2014

La Herencia de la Vida (Feliz Día de la Madre)

Un día te despiertas y te das cuenta que sos mamá, y aunque decidiste acoger esa vida con todas tus fuerzas, debes reconocer lo poco sabías de lo que se trataba la maternidad antes de mirar a tu bebé a los ojos por primera vez. 

Sea como sea, un día te despiertas y te das cuenta que el mundo entero pesa sobre tus hombros, que toda tu humanidad es ahora dedicada a la felicidad de ese ser tan pequeñito que te eligió como su cuna y como su guía, que puedes encontrar fuerzas cuando creías que ya no te quedaban, que todo lo que antes te parecía difícil ahora parece una simpleza, ahora que realmente sientes la exigencia en tu cuerpo, en tu mente y en tu alma. 

Un día te despiertas con el deber de ser el hombro sobre el cual se derramarán las lágrimas, los brazos que sostendrán a los demás, el corazón que dará alivio, las manos que sanarán las nanas y la voz que cantará y contará los cuentos. Advertirás que no importará tu cansancio, porque ya no tendrás el poder de decidir cuando dormir. 

Podrás decir por primera vez "no sabía que se podía amar tanto", porque no importa cuánto hayas amado antes de ser mamá, te aseguro que nunca habías amado tanto, nunca habías sentido ese amor tan grande que es capaz de habitarte por completo, invadir tu vida, tus días, tus noches y tus sueños, te olvidarás de cómo era tu vida antes de su llegada y no podrás creer que llamabas felicidad a algo que hayas vivido en su ausencia. 

Un día te despertarás con su llanto, con su risa, con su mirada, con su voz diciendo mamá, con sus brazos alrededor de tu cuello y sabrás que todo vale la pena en esos instantes de plenitud y felicidad real. 

Ese día en que te conviertas en mamá comprenderás que, para llegar a serlo, hubo antes de vos otra mamá que acogió tu vida con todas sus fuerzas, aun sin saber de qué se trataba la maternidad, que sintió el peso del mundo entero sobre sus hombros y se sintió pequeñita y llena de miedo cada vez que tuvo que ser tu cuna, tu sostén y tu guía, que sintió que se le acababan las fuerzas pero seguía encontrando cada vez más y más, que fue tu hombro y secó tus lágrimas, que alivió tus penas y sanó tus nanas, que te cantó y te contó los cuentos, que solo durmió cuando vos no la necesitabas, que te amó tanto, tanto como jamás pensó que se podía llegar a amar, que se dejó habitar por completa por ese amor, que se olvidó de cómo era ella y su vida antes de tu llegada, que no pudo volver a imaginar la felicidad en tu ausencia, que solo conoció la felicidad real al sentir tu mirada, tu voz diciendo mamá, tu abrazo... 

Mujeres que abren su vida, su mente, su cuerpo y su corazón a la vida, madres... Feliz Día! 

Feliz Día Mami! Gracias por ser la mejor madre que podías ser. 

17 octubre, 2014

El día que busqué un amante

Querido Quien Seas: 


No es que necesite justificarme, pero si quiero ser fiel a la verdad debo decir que la relación no era la misma de antes, la misma del principio. Ya no sentíamos mariposas en el estómago, no esperábamos vernos con ansias, nuestras conversaciones eran sobre obligaciones y rara vez nos mirábamos a los ojos. La intimidad era poca, pasábamos el día sumergidos en nuestras propias preocupaciones, el deseo era casi nulo, como también las ganas de vernos, no teníamos actividades en común. Cada vez que se dirigía hacia mí, era generalmente para preguntarme qué íbamos a comer, si su pantalón preferido estaba planchado o por qué era el segundo día consecutivo que comíamos milanesas. Cada vez que yo lo llamaba al celular o le escribía era para preguntarle por qué tardaba tanto en llegar, siendo que lo necesitaba en casa para arreglar algo o ayudarme con los chicos, o para pedirle que compre algo en el camino de vuelta. 

Me sentía mal, no me sentía valorada, ni amada, ni bella. Miraba con envidia a las mujeres solteras, pensaba que ellas tenían la posibilidad de alimentar su ego en distintas fuentes, que tenían tiempo y ganas de arreglarse, que cada vez que alguien las tocaba se sentían deseadas, que ellas también tocaban y besaban con deseo. 

Me pregunté a mí misma qué había sido lo que me convirtió en esta mujer estoica, aburrida, fría y sin pasión. ¿Había sido la maternidad? ¿El matrimonio? ¿La rutina? ¿La convivencia?

Sea lo que haya sido, el vacío era inmenso, la soledad, agotadora. 

Por dentro me quemaba el deseo de ser deseada, la necesidad de ser amada, la desesperación por sentirme mujer. En cambio, solo era esposa y madre, solo era exigida al extremo. No había, a cambio, ni una gota de agradecimiento, ni un gramo de placer. 

Pensé que en esas circunstancias, seguramente él ya se había conseguido una amante o estaba próximo a hacerlo. No había encontrado indicios de ello, pero tampoco los había buscado. Simplemente pensé que cualquier hombre lo haría si su relación de pareja fuera tan aburrida como la nuestra. Entonces pensé en ella... en la supuesta otra, la que ni siquiera sabía que existía, pero que era posible y previsible en mi historia. Pensé en ella como la que estaba dispuesta a estar con él, sin importar nada, ni siquiera que fuera casado. Podía ser una mujer soltera, pero también una casada, hastiada de su día a día y de atender a un marido desagradecido. Pensé en ella vestida y perfumada para él. Los imaginé juntos, olvidándose del mundo y disfrutándose. Y entonces me di permiso... 

Ese día mi imaginación le ganó a mi realidad y, casi sin pensar, busqué mi celular y le escribí un mensaje a él... el que sería mi amante. No me costó elegirlo, siempre había sentido atracción hacia él y me bastaba mirarlo para volver a sentir deseo. Sabía que él también se sentía atraído por mí, al menos lo había sentido en el pasado. Quizás mi falta de respuesta lo había desalentado, pero seguro podía encenderlo con las palabras justas. Escribí simplemente: 
- Siento deseos de verte. 
Me respondió casi al instante: 
- Esta noche estoy disponible ¿Quieres que te busque y salimos?
- No - le contesté - prefiero que nos encontremos. 
Me dio una dirección y una hora. Ese día lo viví lleno de emoción y expectativa. Los nervios que sentí no los sentía desde que había iniciado mi noviazgo... ¡hace tantos años!
Llamé por teléfono a mi mamá y le pregunté si podía dejar a los chicos dormir en su casa. Le tuve que mentir que tenía un evento del trabajo, no podía decirle la verdad. 

Me preparé con detalle, elegí un vestido que me hacía sentir sexy, un conjunto de ropa interior de encaje rojo que tenía reservado y jamás había usado, zapatos altos y mi mejor perfume. Después de dejar a los chicos me dirigí a la dirección que me había pasado por mensaje de texto. No me sorprendí al ver que era un hotel. 

Él me esperaba a metros de la recepción, impecablemente vestido y perfumado. Saber que se había preparado para mí, solo eso, ya me excitaba. Me dio un beso en la mejilla, casi rosando mis labios y me llevó tomada de la cintura hasta llegar a la habitación. Me sirvió una copa de vino y hablamos de lo mucho que lo había sorprendido mi mensaje y del tiempo que había deseado estar a solas conmigo. Mientras me hablaba tocaba mi rodilla con sus dedos y yo no podía evitar el deseo de sentir su piel y sus labios. 

Todo se fue dando naturalmente, sus besos cálidos, su cuerpo firme, sus manos tiernas por mi cuerpo. Me entregué sin culpa y sin miedo. 

Esa noche todo cambió para siempre. Esa noche comprendí que no estaba dispuesta a sacrificar mi felicidad en pos de la familia, que yo merecía ser feliz, como también lo merecía él. Que no estaba dispuesta a esperar el fracaso de mi matrimonio con los brazos cruzados, que no estaba dispuesta a esperar que él me dijera que la monotonía lo había llevado a buscarse a otra mujer. Me dí cuenta que yo también merecía vibrar, sentir, amar. Y comprendí que para hacerlo solo necesitaba decidirlo. Esa noche me convertí en amante de mi esposo. Y de repente tuvimos el derecho de hablarnos para preguntarnos si el pantalón estaba planchado, o si podía comprar algo de camino a casa, porque pase lo que pase durante el día... las noches eran nuestras. 

14 octubre, 2014

Infertilidad Laboral

Cuentos Para No Dormir

-    

           -  ¿Nombre?
-         -  Samanta.
-         - ¿Edad?
-         - 26
-        - ¿Estudios?
-         -   Universitarios.
-        -  ¿Título?
-          - Abogada
-          - ¿Hijos?
Dudé antes de responder esa pregunta. Dudé, pensé, recordé, me enojé. ¿Será que en las entrevistas laborales también preguntan a los hombres si tienen hijos? Cuando preguntan por los hijos, ¿preguntan solo por los que nacieron? Digo, si es que la existencia de hijos nacidos altera el perfil de la candidata… ¿no lo altera también el hijo que no nació? ¿el abortado? ¿el que murió dentro del propio vientre? ¿el que arrebató sueños? ¿el esperado, que nunca llegó? ¿el que no fue digno de un nombre? Ese hijo que había querido y no había podido nacer, ese proyecto de ser humano que quedó trunco… ¿alteraba mi perfil para el puesto? 

¿En qué me convertía esa maternidad arrebatada? ¿Era yo más, o menos idónea que una mujer que jamás había pensado en ser madre? ¿Más, o menos idónea que una que quiso serlo, pero jamás lo intentó? ¿Más, o menos que una que quiso, pero no logró un embarazo a pesar de intentarlo? ¿Más, o menos que una que quiso, lo intentó y vio nacer a su bebé?¿Más, o menos que un hombre? Y si el hombre tiene o no tiene hijos, ¿también importa? ¿Es más idóneo un hombre con hijos o una mujer con hijos? ¿Un hombre con hijos que una mujer sin hijos?

Masticando un millón de carajos en mi boca, me limité a responder “No” y a desear que no sigan preguntando pelotudeces por el estilo, como por ejemplo si había intenciones de hijos en mi futuro inmediato y otras mierdas que no hacían más que romperme en dos el corazón.

Salí del edificio inmediatamente después de terminada la entrevista, con intenciones de no volver más para no tener que enfrentarme otra vez con esa cara de boba de la mina que hacía las preguntas inapropiadas. Sin embargo necesitaba el trabajo, más ahora que nunca, más ahora, que estaba sola y lejos.


Caminé sin rumbo durante un par de horas. Por momentos me paraba a mirar vidrieras, pero no miraba nada, era una simple excusa para parar y retener un pensamiento, dibujarlo con el humo del cigarrillo. La sangre del último aborto todavía salía de mí y me recordaba en cada gota lo inútil que era como mujer. “Menstruación” lo había llamado el médico. 

09 octubre, 2014

Carta a Victoria (en la panza)

25 semanas, 5 dias dentro de la panza.

(13 semanas y 5 dias para verte!)

16/1/13

Increíble que, aun estando dentro de mí, pueda sentirte tan vos. Vienes al mundo a través de nosotros, pero no somos más que tu puente. Siento tus manitos y tus pies golpeando fuerte mi panza desde adentro y ya te admiro, admiro tu fuerza, tu vitalidad, tus ganas de vivir y simplemente se que vas a ser una luchadora. Elegimos tu nombre y ya se hizo tuyo. Es como si fueras más grande de lo que sos… pienso en eso cuando me despierto porque vos me despiertas… será que tienes hambre ya? Otras veces me sorprendo al abrir los ojos y escuchar y sentir las charlas que ya tienes con tu papá aunque yo haya estado durmiendo… el te habla y te toca y vos le respondes moviéndote todo lo que tu mundito te deja moverte… y toda una historia y una vida pueden sintetizarse en ese momento. Seria ese mi recuerdo preferido si tuviera que elegir alguno.

Es difícil entender cómo se puede llegar a amar tanto a alguien que todavía no viste, como puedes reprogramar toda tu vida pensando en alguien que aun no conoces… o será que ya te vi? Aunque sea en mis sueños, en mis anhelos más profundos, en mi deseo tan inmenso de ser madre. O será que ya t conozco? Como no conocerte! Si estas en todo mi interior! en mi cuerpo, en mi alma y en mi mente. Me convertiste en tu cuna y desde ese primer día solo pienso y busco y quiero ser mejor para darte a vos al menos la mitad de la felicidad que me diste a mí, al elegirme para venir al mundo, hija; la mitad de la felicidad que nos diste a los dos, al elegirnos para traerte al mundo, porque desde ese día dejamos de ser dos para ser una familia.


03 octubre, 2014

Notificación Para Padres: La Hora de Jugar NO Existe

Estimad@s papá y mamá: 


Habiendo recibido de alguno de ustedes, conjunta o alternativamente y en diversas ocasiones la instrucción de obedecer, bajo la excusa de "no ser la hora de jugar", me veo en la obligación de informarles que, luego de múltiples investigaciones legales he tomado conocimiento de que en realidad no existe tal cosa como la hora de jugar. 

No existiendo la referida hora de jugar, deduzco que tampoco existe la hora de no jugar. 

Paralelamente, de diversas situaciones y experiencias he descubierto que lo que sí existen son las oportunidades para jugar y que, si bien las mismas son múltiples y variadas y se amplían en la medida en que voy creciendo, intentaré exponer una lista de dichas oportunidades a título de ejemplo y al solo efecto de instruirlos al respecto. 

Es una oportunidad para jugar: 

1.- Despertarse: los juegos ideales para ese momento del día son pararse, caminar y saltar en la cuna y/o cama, escalar padres, hacer caballito, entre otros. 

2.- El cambio de pañal: momento oportuno para jugar a escabullirse, escapar gateando y averiguar quien se cansa primero. 

3.- Almuerzo y Cena: oportunidad ideal para jugar a arrojar comida, esparcirla sobre la mesa, ensuciarse los dedos, comer con las manos, descubrir nuevos sabores y texturas. 

4.- Baño: lugar y momento apropiado para chapotear, salpicar agua por todos lados, mojar la esponja y escurrirla fuera de la bañera... 

5.- Cuando mamá entra al baño: momento ideal para entrar junto con ella y hurgar en lugares misteriosos, intentar averiguar para qué sirve el papel enrollado y el cepillo grande que está junto al inodoro, abrir la bolsa de algodón y sacarlo en pedacitos, etc. (aquí la lista puede ser mucho más larga). 

6.- Cuando mamá limpia el piso: oportunidad para jugar a mojarse las manos en el balde y aplaudir para salpicar en todos lados, tocar las paredes con las manos mojadas y sentarme en el piso después de haber tirado agua. El balde es además un buen lugar para esconder algunos juguetes o cosas que se me ocurran en ese momento. 

7.- Cuando mamá cocina: momento ideal para averiguar qué hay detrás de cada puerta y dentro de cada cajón de la cocina, espiar dentro del cesto de basura, cortar el rollo de servilletas de papel en pedacitos, jugar a encastrar los tupper, golpear cucharas y cucharones, etc. 

8.- En el camino al súper: excelente oportunidad para caminar despacio, probando diferentes formas de hacer pasitos, pisar los palitos que hay en las veredas, parar y mirar cada vidriera, hacer ojitos y sonrisas a la gente que pasa. Si va mamá y papá es genial que entre los dos me ayuden a saltar los charcos o los desniveles, levantándome uno de cada mano. 

9.- En el súper: ¿acaso hace falta explicar todo lo que se puede hacer en el súper? recorrer las góndolas, mirar los colores de todos los productos, intentar levantar los que están a mi alcance, elegir las galletas, poner y sacar cosas del canasto, pasear dentro del carro de compras... ¡uff! 

Habiendo dejado en claro que no existe la hora de jugar, por lo que se entiende que "toda hora es hora de jugar", y que no existe motivo legal para impedirlo, informo a ustedes que desde ahora en adelante queda restringido el uso de la frase "no es hora de jugar", bajo apercibimiento de iniciar las acciones que correspondan. 

Por cualquier consulta dirigirse a mi abogada, la Defensora Oficial de bebés. 

Quedan Uds. debidamente notificados. 

¿Cuáles son los juegos preferidos de tu bebé durante el día? ¿Cuáles son los juegos más inoportunos? ¿Y los que más disfrutas de compartir con él?

02 octubre, 2014

¿Dónde Está Mi Chupete?


Hace un par de meses me pareció que era hora de cambiar el chupete de Vicolina, así que fui a la farmacia y le compré otro. Como estaba aburrida (yo) de ver siempre el mismo chupete, decidí comprarle otro diferente, de otra marca, forma y color... ¡Error! Jamás quiso usarlo. 

Esa noche se durmió con su chupete anterior, y al día siguiente fui a comprarle otro, idéntico al que tenía, el que recibió sin problemas. 

El drama fue que hace un par de semanas su chupete preferido desapareció de la faz de la tierra. Y, conociéndola como la conozco, puede ser que aparezca algún día adentro de un zapato en desuso, en alguno de los cajones de la cocina o que se haya ido en alguna bolsa de basura o en el medio de un pañal usado y no volvamos a verlo nunca más. 

Como Vicolina ya tiene 17 meses pensé que quizás podíamos probar vivir sin chupete, aprovechando esta desaparición misteriosa. Así que el primer día decidí no comprarle otro y probar cómo andábamos. 

Todo transcurrió con normalidad durante el día, sin que demuestre ninguna ansiedad. Hubo un pequeño malestar a la noche, al momento de dormir, porque la costumbre suele ser amamantarla hasta que quede dormida y, en ese instante en el que ya deja de succionar, le doy su chupete y sigue durmiendo sin problemas. Esta vez no pudo ser así, porque no teníamos su chupete preferido. Entonces recordé que teníamos el otro (el que no le gusta) y decidí dárselo, estando ella casi dormida. Lo recibió con cierta desconfianza, lo dio vueltas y vueltas en la boca, se lo puso al revés hasta que finalmente se dio por vencida y se durmió. 

El mismo proceso se repitió durante dos o tres noches, prescindiendo totalmente del chupete durante el día y usándolo solo al momento de dormir, aunque con cierta incomodidad de su parte, pero una incomodidad resignada, al fin. 

Y lo extraño ahora es que, hace tres días el chupete que no le gusta ¡también desapareció! Ya estoy pensando que lo hizo a propósito, porque prefiere dormir sin chupete que con el chupete feo. 

En definitiva, esta es nuestra historia de "dejar el chupete", una mezcla de accidente y voluntad encubierta (de la nena que lo perdió dos veces y de la mamá, que no buscó demasiado). 

¡Adiós chupete! Otra etapa que se cierra en nuestro crecimiento, otra nostalgia sumada al baúl. 

P.D. debo reconocer que el chupete era feo jaja 

Existe una gran controversia en torno al uso del chupete, pero ¿sabías que es un aliado en la prevención de la muerte súbita? 

Por eso la Asociación Española de Pediatría recomienda su uso durante el primer año de vida del bebé, siendo especialmente importante en los bebés no lactantes. 

Más información aquí. 

01 octubre, 2014

Miércoles Mudo #11: Me Voy a Dormir


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