17 abril, 2014

Cuaresma para nuestros niños: 10 cosas para pensar en Jueves Santo

Cuaresma
Es muy común en nuestros tiempos olvidarnos totalmente del significado de las fechas, los feriados se acomodan para hacer más largos los fines de semana y ya no sabemos ni cuál es el significado de ese día. Por otro lado nosotros, que vivimos tan apurados, tan preocupados y llenos de obligaciones, constantemente a contra reloj, dedicamos casi todas nuestras horas útiles a hacer y muy pocas a pensar, muchas a producir, a competir, a exhibir, y muy pocas a hacer una tarea interna y reflexiva. 

Hoy que estamos situados en el tramo final de la Cuaresma, en este Jueves Santo, no se me ocurre mejor oportunidad para hacer honor a la fecha y a lo que ella significa. 



La Cuaresma nos invita a la reflexión, a la penitencia y a la conversión espiritual, estamos invitados a hacer un verdadero y profundo cambio en nuestras vidas, la de nuestras familias y las personas que amamos, pero claro, un cambio generado en nosotros y ofrecido a los demás como muestra de nuestro amor. 

Este cambio desde mí hacia los demás, por mí y para los demás, viene acompañado de un regalo sorpresa: el beneficio también será mío, al ir en busca de lo positivo, mejorando mi vida y mis propósitos, limpiando lo que me contamina. 

Dependiendo de la edad de nuestros hijos, podemos invitarlos a tomar conciencia de este día, incorporar en sus vidas y en sus corazones la tradición de hacer al menos un examen mental para evaluarse a si mismo. No se trata de creer o no en Dios, no se trata de ser o no practicante de la religión, no se trata de creer o no en Jesucristo y sus sacrificios por el hombre, no se trata de algo ajeno, distante, mítico ni legendario, de algo que no nos toca ni nos compete. Muy por el contrario, esta invitación a reflexionar, arrepentirnos, mejorar, es algo que se trata pura y exclusivamente de mí, de vos, de tu familia, de tu presente y tu futuro, de nuestra capacidad para dar y recibir amor, de perdonar y perdonarnos, de permitir y permitirnos segundas oportunidades. Se trata de analizar a conciencia nuestro camino anterior, ver y reconocer nuestros errores, programar un cambio, mejorar nuestro plan de vida, intentar ser un poco más felices. 

Solo en la bondad de nuestro corazón podremos encontrar la posibilidad de ser felices. Intentemos hoy, Jueves Santo, desterrar nuestros resentimientos, nuestra ira contenida, nuestros malos sentimientos y todo eso que nos mantiene inmóviles, atados al pasado y al dolor. 

Si nuestro hijo es demasiado pequeño para conocer y comprender la importancia de este día, podemos de igual forma compartir nuestro momento de reflexión con y para ellos, pensar en nuestra tarea anterior como padres, en el tiempo que le dedicamos y en aquel del cual lo privamos, en los motivos que nos mueven, en lo que somos como ejemplos para ellos, pensar en nuestro hijo desde nuestra responsabilidad como padres y planear nuestra maternidad y paternidad de forma más amorosa, altruista y paciente. 

En este Jueves Santo los invito a: 

1. compartir en familia: muchas veces, debido a nuestras responsabilidades, nos privamos de la compañía de quienes queremos, aprovechemos este día para compartir con ellos una comida, una charla, para hablar de lo que realmente nos importa. 

2. replantearnos nuestros logros y nuestras próximas meta: solemos sentirnos orgullosos por nuestros logros y frustrados por nuestros fracasos. Pero alguna vez nos detuvimos a pensar si nuestros logros son verdaderos logros y nuestros fracasos, verdaderos fracasos? cuál fue el precio a pagar por ese logro tan anhelado? qué perdimos en el camino para conseguirlo? fracasamos realmente cuando no conseguimos una determinada meta? o la cambiamos en nuestro orden de jerarquía por otra que valía más? Quitarle el carácter de absoluto a nuestros conceptos de éxito y fracaso puede liberarnos de una gran carga y permitirnos pensar en lo que realmente queremos y valoramos tanto nosotros mismos como nuestra familia. 

3. preguntarnos qué podríamos hacer mejor : es normal vivir la vida en piloto automático, andando simplemente según lo que alguna vez programamos y sin preguntarnos si lo que hacemos sigue siendo válido para nuestro presente, si es bueno para uno y para los demás, si nos sirve, si nos alimenta internamente, si nos hace felices, si hace felices a quienes amamos. 

4. decirnos cuánto nos amamos: un "te amo" nunca debe darse por sentado, es increíble la felicidad que podemos regalarle a una persona que nos ama al demostrarle nuestro amor. 

5. pedir perdón por nuestros errores: con ello demostramos que nos importa la persona a quien dañamos, que entendemos que la herimos, que nuestra intención no fue hacerlo y que en adelante seremos más considerados con sus sentimientos. 

6. intentar perdonar a quienes nos ofendieron y soltar el resentimiento : la incapacidad de perdonar es una carga para quien la posee. El perdón es difícil, pero nos libera y nos permite avanzar. Si no aprendemos a perdonar vamos a vivir siempre acompañados del resentimiento. 

7. abrazarnos: un abrazo es capaz de dar y decir muchas cosas. No nos privemos de abrazar. 

8. planear el año en pos de la familia: si ya tenemos constituida una pareja (o no) y tenemos hijos, debemos reconocer que nuestros planes ya no pueden ser pensado en función de uno mismo, sino que tienen que ser funcionales y beneficiosos para todos, para el núcleo en general. Lo contrario solo trae confusión y dolor a nuestros familares, al impedirles ser dueños de sus decisiones y arrastrarlos a vivir la vida de otra persona sin importar sus deseos y necesidades. 

9. agradecer lo que tenemos: por tristes que podamos estar, aún habiendo sufrido dolores y pérdidas, todos tenemos en la vida muchas cosas que agradecer: un techo, una comida, una persona que nos quiere, un sueño o proyecto, una familia, una carrera... no dejemos de agradecerlo porque solo a partir de la gratitud se puede ser feliz. Si no agradecemos lo que tenemos, nunca nada será suficiente para nuestras expectativas. 

10. practicar la empatía: todos somos distintos, todos tenemos nuestra propia historia y circunstancias. Practicar la empatía es intentar entender al otro desde la historia y las circunstancias del otro, no desde la mía, comprender sus motivos, sus sentimientos, sus sueños. La empatía nos acerca y nos permite mayor intimidad. 

Cómo viven este Jueves Santo en tu familia? qué cosas enseñas a tus hijos de esta fecha? Compartí conmigo tu forma de pensar y sentir dejando un comentario. 

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